7 cosas de la profesión de asesor fiscal que no te explicaron en la universidad
En materia fiscal, hay ciertas cosas que no aparecen en los programas formativos de las universidades y que solo los docentes con experiencia que trabajen en empresas pueden regalar a sus alumnos, para que así conozcan mejor el entorno en el que se van a desenvolver en el ejercicio de la asesoría fiscal. Algunas de estas cosas, como la responsabilidad del asesor, se encuentran recogidas en la Ley, y, por lo tanto, puede ser materia que se imparta en las aulas de las universidades, pero puede también que, entre el estudio de las diferentes figuras tributarias, la responsabilidad del asesor por actuar con negligencia no encuentre acomodo en el temario impartido.
Adaptar el lenguaje a los interlocutores también es algo difícil de comunicar a los alumnos, ya que el profesor explica para que los alumnos aprendan toda la terminología fiscal, no para que omitan la mayor parte con el objetivo de que algunos de sus clientes puedan entenderles mejor. Sin embargo, el asesor tiene que dominar esta terminología para comunicarse con clientes con conocimientos más amplios de fiscalidad y para redactar correctamente escritos frente a la Agencia Tributaria.
Cualquiera que esté interesado en ejercer como asesor fiscal debería tener en cuenta los siguientes puntos:
Responsabilidad del asesor
El asesor fiscal debe prestar el servicio con la diligencia debida. Para determinar tal diligencia, el canon de diligencia exigible es la lex artis, que es el canon de diligencia profesional medio. Un asesor fiscal incumple si actúa de manera negligente, hecho que debe ser probado por su cliente, suponiéndose en todo caso la adecuada preparación profesional del que lo presta. La responsabilidad de los asesores fiscales surge por aplicación del artículo 1.101 del Código Civil, que indica que “quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que en el cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren al tenor de aquellas”.
En cualquier caso, el fisco siempre se dirigirá contra el sujeto pasivo del impuesto, nunca contra el asesor fiscal, ni siquiera en el caso de que exista un pacto privado entre el asesor y su cliente, siendo solo exigible la responsabilidad al asesor por su cliente en el caso de que este actúe de manera negligente.
Adaptación del lenguaje de los clientes
El asesor tiene que tener claro que sus clientes necesitan entenderle, por lo que debería adaptar su lenguaje a sus interlocutores, ya que si sus clientes no consiguen descifrar los tecnicismos fiscales que pudiera utilizar, puede que busquen un asesor que les explique en un lenguaje que puedan entender las liquidaciones que tienen que pagar a la Agencia Tributaria.
Hay una contabilidad que no paga impuestos
Según el economista Friederich Schneider, la economía sumergida de España puede llegar al 18 % del PIB, por lo que mucha suerte tiene que tener un asesor fiscal para no encontrarse con empresas que tengan una doble contabilidad, algo tan usual en nuestro país que incluso entre algunos de nuestros representantes políticos se encuentran casos de este tipo de prácticas. Si el asesor fiscal se encontrara con que su cliente quiere incumplir la normativa tributaria, por ejemplo, no declarando todas las ventas realizadas, el asesor debería cubrirse las espaldas y asegurarse de tener algún tipo de justificación, donde conste que se opone a dicha actuación, advirtiéndole de que se le puede abrir un expediente investigador, que puede conllevar importantes sanciones. El problema radica en que el asesor no quiere perder clientes y muchas veces se va involucrando con sus clientes en este tipo de actuaciones.
No quiero pagar tantos impuestos
Muchos asesores se encuentran con esta frase cuando presentan las liquidaciones tributarias, como si estas fueran la carta de un restaurante en donde se pueden elegir platos de diferentes precios. No son pocos los asesores que ceden a estos argumentos por miedo a perder sus clientes y les acaban acarreando un problema importante si las liquidaciones tributarias no se corresponden con la realidad y la Agencia Tributaria detecta un fraude fiscal para eludir el pago de impuestos.
Pagar pocos impuestos puede restringir el crédito
Las entidades financieras acostumbran a solicitar, entre otros modelos tributarios, las liquidaciones trimestrales de IVA, el modelo 390 y el modelo 200 del impuesto sobre sociedades para realizar sus valoraciones de cara a la concesión de créditos, de manera que si las entidades financieras ven que el beneficio de la empresa es muy reducido o que la empresa declara reiteradamente pérdidas, pueden restringir la concesión de créditos, lo cual puede socavar la capacidad de la empresa para hacer frente a sus pagos. Además, las empresas de crédito y caución también serán reacias a dar crédito a una empresa en pérdidas o con reducido beneficio.
Actualización constante
En las universidades se explican las diferentes figuras tributarias con las leyes tributarias vigentes, leyes que en muchos casos habrán sido modificadas cuando los alumnos comiencen a ejercer como asesores fiscales. En este sentido el CEF.- y la UDIMA ofrecen actualización constante a sus alumnos en materia fiscal a través de cursos como el Curso de Perfeccionamiento y Actualización Tributaria o publicaciones como la Revista de Contabilidad y Tributación, así como también por medio de Normacef o, sin más lejos, del blog de fiscal e impuestos o los boletines de noticias.
Tus clientes buscarán tus títulos en LinkedIn más que en tu despacho
Aunque para ejercer como asesor fiscal no es necesaria una titulación, atreverse a ejercer esta profesión sin una sólida formación o un Máster en Tributación es una temeridad digna de un kamikaze, que puede conducir a los contribuyentes a los que representa hacia una colisión frontal con la Agencia Tributaria, de manera que sus clientes acaben en la morgue de las empresas fallecidas al no poder hacer frente a las sanciones por errores o incumplimientos de sus obligaciones tributarias. Los asesores fiscales pueden seguir colgando sus títulos y cursos en sus despachos, pero en LinkedIn tendrán mucha más visibilidad.
Aquellos que estén interesados en la asesoría fiscal se encontrarán con una profesión apasionante, pero que requiere de unos profundos conocimientos en materia fiscal que deben ser actualizados constantemente. El CEF.- pone a disposición de los interesados en ser expertos asesores tributarios diferentes programas formativos, siendo el Máster en Tributación/Asesoría Fiscal el más completo de estos programas.
José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga
Colaborador del CEF.-