Europa corre el riesgo de cambiar las estrellas de su bandera por lágrimas, ya que esto es lo que puede suponer un Brexit sin acuerdo. De momento entre lágrimas se despidió la ya ex primera ministra del Reino Unido Theresa May, que pactó la vigente prórroga del Brexit hasta el 31 de octubre de 2019, y las del actual primer ministro del Reino Unido Boris Johnson pueden ser mayores, ya que se puede enfrentar a una situación caótica de desabastecimiento en el Reino Unido en un escenario de Brexit sin acuerdo, según se acaba de conocer al hacerse público en el Reino Unido un informe denominado Operación Escribano Cerillo.
Sin embargo el primer ministro, que afirmó que “preferiría estar muerto en una zanja a pedir una prórroga a la Unión Europea”, acaba de descartar la opción de pedir otra prórroga hasta el 31 de enero de 2020, e incumplirá la ley aprobada antes del cierre del parlamento, que le obliga a llegar a un acuerdo con la Unión Europea (UE) o pedir una prórroga, arriesgándose a ser enviado a prisión, donde puede llorar o convertirse en el increíble Hulk, ya que en sus últimas declaraciones se compara con él diciendo que “cuanto más loco, más fuerte”.
En manos está del primer ministro del Reino Unido optar por un Brexit con acuerdo o sin él, o volver a solicitar una prórroga para abandonar la UE, aludiendo al artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, que establece cómo los Estados miembros pueden salir de la UE y en el cual se recoge que una vez pasados los dos años desde la solicitud, plazo que concluyó el pasado 29 de marzo, este plazo puede prorrogarse siempre que exista mutuo acuerdo, con el fin de disponer de más tiempo para negociar. Aunque más tiempo para las negociaciones, es también más tiempo para cambiar a los políticos, tanto en lo que respecta a su puesto como a sus opiniones.