La emisión de facturas falsas es una de las causas por las que se puede incurrir en un delito fiscal que puede traer graves consecuencias, tanto para el emisor de estas, como para sus colaboradores y beneficiarios.
Algunos de los últimos casos con más repercusión mediática han sido los de la antigua Pescanova, cuya facturación era entre un 77% y un 80% ficticia en los años 2011 y 2012, según la empresa de auditoría KPMG, y el de la carpintería Las 5 Jotas, que en teoría se dedicada a la fabricación de casas de madera, pero en la práctica su actividad principal era "la fabricación de facturas falsas".
En el caso de Pescanova, sus directivos serán juzgados por presuntos delitos de falseamiento de información económico-financiera, falseamiento de las cuentas anuales, falsedad en documento mercantil, estafa, insolvencia punible, alzamiento de bienes, utilización de información privilegiada e impedimento de la actuación del organismo supervisor, cargos por los que su expresidente se enfrenta a penas de cárcel de hasta 28 años y multa superior a los 22 millones de euros.